El conejo doméstico es una de las mascotas que más popularidad está ganando en los últimos años. Ya ha desbancado al hurón como tercer animal de compañía más habitual en la mayor parte del mundo occidental, y su número se acerca poco a poco al de los gatos y los perros.

Esto es debido a que los conejos nos aportan muchas de las cosas deseables que tienen los gatos (no necesitan paseos, son pequeños, económicos, limpios y silenciosos, por ejemplo), pero también presentan muchas de las características deseables que tienen los perros (son sociables, juguetones, cariñosos y fáciles de enseñar). Para el ritmo actual de vida, son una mascota casi ideal.

Sin embargo, los conejos no tienen nada que ver ni con los gatos ni con los perros. Aunque también son mamíferos, su grupo biológico (el Orden de los Lagomorfos) está más emparentado con los roedores que con los carnívoros. Aunque no podemos evitar compararlos con otras mascotas, tenemos que aprender que los conejos son animales totalmente diferentes, con virtudes y problemáticas propias.

Una anécdota: los veterinarios metemos a los conejos dentro del grupo de los “animales exóticos”, o sea, los animales de compañía diferentes del perro y el gato. Sin embargo, el conejo es autóctono de la Península Ibérica, así que es la menos exótica de todas las mascotas. ¡Al menos, aquí!

Como un conejo es tan radicalmente diferente de otras mascotas, y sus necesidades son aún poco conocidas, es muy fácil que cometamos errores a la hora de tenerlo como animal de compañía. Además, como tradicionalmente ha sido animal de abastos (para consumir su piel o su carne), muchas de las cosas que se recomiendan para ellos proceden de una filosofía equivocada, y no funcionan para los conejos de compañía.

Para que la vida de tu nuevo amigo sea la mejor posible, hay una serie de sencillos consejos que debes seguir, que redundarán en una mejor salud para él, en una mayor tranquilidad para ti y en una relación feliz para los dos. Por supuesto, cuentas con nuestro asesoramiento y nuestro apoyo para darle lo mejor a tu conejo. A continuación, te comentamos las cuestiones más importantes que hay que tener en cuenta cuando se tiene un conejo de compañía.

El conejo doméstico procede del conejo de campo o europeo (Oryctolagus cuniculus), que como dijimos es una especie autóctona de la Península Ibérica. Su esperanza de vida supera los 6 años, y con adecuados cuidados pueden vivir hasta 12 años o más.

Los conejos mantenidos como mascotas tienen un tamaño menor que el de sus ancestros salvajes o sus primos de granja. En su postura normal, suelen medir unos 30 cm de nariz a cola, aunque cuando se estiran son mucho más largos. Su peso adulto suele oscilar entre 1.5 y 2.5 kg, pero hay razas con pesos muy superiores o mucho más bajos. En general, en el mundo del conejo mascota cada vez se ven ejemplares más pequeños, tanto en tamaño como en peso.

Sus extremidades están adaptadas al salto y la carrera, así como a escarbar y moverse por galerías subterráneas.

Aunque no lo parezca, los conejos son excelentes trepadores.

Tienen un pelaje muy variable, tanto en textura, como en color y longitud. En base a estas características se han seleccionado variedades muy conocidas, como el conejo de angora, el chinchilla, el rex o el cabeza de león. La mayoría de los conejos domésticos tienen el pelo corto. Tienen un rabo muy corto y algodonoso.

Una de las características más destacables de su anatomía son sus grandes orejas, que usan para escuchar sonidos a grandes distancias y también para disipar el exceso de calor. Aunque las orejas les permiten tolerar temperaturas moderadamente altas, los conejos se adaptan mejor al frío que al calor. Las variedades de orejas caídas se denominan belier o lop.

Son herbívoros estrictos, que de forma natural se alimentan de rastrojos y pasto. Todo su aparato digestivo y su ritmo de vida están adaptados a este tipo de alimentación particularmente rica en fibra vegetal.

El conejo es una especie gregaria y social. Viven de forma natural en grupos de 5 a 15 individuos (o más en grandes colonias), que se comunican entre sí olfativamente mediante orina y secreciones glandulares, y auditivamente mediante muy pocas vocalizaciones y también con sonidos hechos con sus dientes o sus patas. En casa despliegan todas estas habilidades comunicativas, por lo que podrás verlos frotándose contra los muebles para impregnarlos con su olor, castañetear, golpear el suelo con las patas, y tal vez hacer algún pis en lugares inadecuados. Un conejo castrado no marcará con orina el territorio. Al contrario, irá a su bandeja para hacer sus necesidades en un lugar familiar e higiénico.

En condiciones naturales, un conejo dedica la mayor parte del día a alimentarse y a hacer tareas de mantenimiento de la madriguera, actividades que alterna con momentos dedicados a la vigilancia del territorio, a la exploración del entorno, al juego y la interacción con compañeros, y otros momentos dedicados al acicalamiento y al reposo. Son fundamentalmente crepusculares, por lo que los momentos de más actividad serán temprano por la mañana y a última hora de la tarde. En nuestras casas, sin embargo, se adaptarán bastante bien a nuestros horarios y nos aceptarán como compañeros para jugar y relacionarse.

Consejos:

-Alimentación
-Comportamiento
-Higiene
-Reproducción
-Prevención